jueves, 31 de julio de 2008

"Hay un intento del gobierno de satanizar a los secundarios"




Por Pedro CAYUQUEO I Jueves 31 de Julio de 2008


TEMUKO / Tiene recién 18 años y las ideas más que claras. Vocero regional de los activos estudiantes secundarios, José Ancalao se ha transformado en todo un referente en la zona sur de Chile. Tras la Revolución Pinguina del año 2006, junto a compañeros del Liceo Pablo Neruda se dio a la tarea de organizar a los secundarios mapuches. Asi nació la Coordinadora de Estudiantes Secundarios Mapuches Meli Newen, instancia donde confluyen hoy grupos estudiantiles de más de 20 comunas. Dispersados no eran más que una cifra estadística. Juntos han paralizado Temuko en más de una ocasión.


Ancalao, como toda su generación, lucha por el retorno de la educación pública de antaño. También porque al interior de la actual Revolución Pinguina se hable cada día con mayor naturalidad de educación intercultural. Este último es su gran objetivo: que la legislación chilena reconozca los derechos educativos y lingüísticos de su pueblo. Para eso se organizaron y en ello persistirán, a pesar de la mirada inicialmente despectiva del movimiento mapuche y los prejuicios trasnochados de aquellos peñi que en su caso lo cuestionan hasta por el aspecto físico, "más blanco de lo normal", señala entre risas.


Lo que no le divierte, sin embargo, es la persecución judicial y política que el gobierno ha emprendido en su contra. Por estos días, Ancalao es el único dirigente secundario requerido en Chile por la Justicia Militar. Lo acusan de "maltrato de obra a Carabineros", "incitación a la violencia", "daño a la propiedad pública", "daño a vehículo policial" y "desórdenes públicos", todo un record que podría terminar para él con penas de presidio tan elevadas como injustas. Si bien José niega los cargos y denuncia ser víctima de un claro montaje en su contra, tanto la Corte de Apelaciones como la Corte Suprema han desestimado su grito de inocencia. Lo entrevistamos en Temuko.


- José ¿en qué contexto se produce tu detención y la acusación por parte de la justicia militar?


La detención fue ilegal, porque si bien carabineros dice que fue delito flagrante esto no es verdad. Yo no estaba incitando a la violencia, no agredí a Carabineros, tampoco ningún vehículo policial ni tampoco estaba causando desórdenes públicos, que son los cargos que me están imputando hoy en la Fiscalía Militar. Estabamos en una marcha pacífica que si bien no estaba autorizada, en ningún momento causamos desórdenes, ibamos por la vereda y hasta donde sé eso no es delito en ninguna parte. A pesar de ello, Carabineros empezó a tomar selectivamente a los dirigentes y dentro de la micro a todos nos pegaron. Ese dia me tomaron detenido a mi y a otro dirigente, Hugo Vidal. Nos llevaron a la Comisaria y nos hicieron desnudarnos, no nos dejaron hacer una llamada, tampoco nos leyeron nuestros derechos, nada.


- ¿En qué fecha sucedió esto?


La marcha fue el 1 de julio y tras dejarme en libertad quedé citado a declarar el 2 de julio a Fiscalía Militar. Y ahi estamos esperando que sucederá, no somos muy optimistas porque interpuse un recurso de amparo preventivo en la Corte de Apelaciones y me lo rechazaron.


- ¿Qué buscabas con el recurso?


Buscaba proteger mi integridad física, lo interpusimos con mi abogado por las amenazas que policías de civil me habían hecho en la calle. Textualmente me dijeron: "Vos José Ancalao te cagastes solo y donde te pillemos te vamos a liquidar". Eso me dijeron estos policías y de acuerdo a eso pusimos el recurso de amparo preventivo por si me pasaba algo. Y dejamos al mayor de Carabineros Alfonso Fernández como responsable, porque el había dado la orden de tomarme detenido. Ese recurso la Corte de Apelaciones lo rechazó. Lo enviamos a la Corte Suprema y también lo rechazaron esta semana, con el argumento de que yo no podia poner un recurso de amparo si tenía un proceso pendiente en la Justicia Militar por agresión a Carabineros. Eso es absurdo. El otro día escuché al Fiscal Militar hablando por la Radio Bio Bio diciendo que yo había sido detenido el año 2006 en la toma del internado del Pablo Neruda y que por tanto era reincidente.


- ¿Ese año también hubo acusación judicial en tu contra?


No, estuvimos detenidos un rato y nos soltaron, si ni siquiera nos hicieron control de detención, entonces no sé como puede el Fiscal Militar sacar eso como antecedente de mi actuar.


- ¿Sientes que se trata de una persecución en tu contra?


Claramente, se trata de eso, no hay por donde perderse. Yo me pregunto, ¿por qué a los otros dirigentes no los persiguen como a mí? El mio es el único caso en el país de un dirigente estudiantil que es perseguido de esta forma. Es todo un montaje. Yo tengo un video del momento en que fui detenido y en ningun momento aparezco agrediendo a Carabineros. Al contrario, ellos fueron quienes me pegaron. Cuando estábamos arriba de la micro todos mis compañeros estaban sentados en una banca que hay allí y a mi me tenían entre varios, me llevaron del pelo y querían que me arrodillara en el piso de la micro. Yo les dije que no, que no correspondia y me dieron una ensalada de combos y patadas. A cada rato me trataban de indio de mierda y me insultaban con eso.


- ¿Tu sientes que el ensañamiento con tu persona obedece a que eres mapuche?


Es claro. A nosotros siempre nos han tratado mal cuando salimos a marchar. A los estudiantes mapuches ellos los tienen super fichados y entre ceja y ceja acá en Temuko. Ahora, yo no sé si la responsabilidad es de los Carabineros porque ellos entiendo no se mandan solos. Ellos son mandados del Ministerio del Interior, por tanto de la Intendencia aquí en Temuko. Yo quiero hacer notar que la orden de reprimir a los estudiantes es del gobierno, ellos son los que dan la orden. Es cierto que Carabineros tiene responsabilidad en la brutalidad y la violencia que usan pero no perdemos de vista que el responsable principal es el gobierno. A ellos los responsabilizamos porque la orden siempre viene de arriba.


- José ¿Cuál es el trasfondo de vuestro movimiento?


La gran cantidad de la gente ya sabe en qué estamos. Nosotros el 2006 dimos una lucha a nivel nacional contra la Ley LOCE, la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, que creó Pinochet y que mercantilizó la educación en Chile. El año 2006 logramos parcialmente echar abajo esa ley, al menos se instaló un Consejo Asesor Presidencial de Educación para elaborar otra ley. De ahi salió la nueva Ley General de Educación (LGE), que hoy está en el Congreso y que nosotros estamos exigiendo este año que sea retirada por parte del gobierno.

- ¿Por qué demandan su retiro del Congreso?


Porque esa Ley fue pactada con la derecha y al final la voz de los estudiantes y del profesorado, que somos los principales estamentos de la educación, no fueron tomadas en cuenta. En casi ningún punto se recoge lo aportado por los estudiantes en el Consejo Asesor. No es una ley fruto de la participación, de hecho los estudiantes nos retiramos del Consejo Asesor Presidencial cuando vimos que todo estaba cocinado. Nosotros buscamos que esa ley se baje del Congreso, porque lo que los estudiantes queremos es un real proyecto de desarrollo educacional, que se elabore en conjunto con los estudiantes, los profesores, asesores técnicos y también los apoderados. Esa es nuestra lucha hoy a nivel país. Ahora, como estudiantes mapuches queremos que se incluya la educación intercultural en una nueva legislación, que se nos garantice a los mapuche y a los otros pueblos originarios una educación pertinente, este tema no aparece por ningún lado en la actual LGE. Esto último es lo que demandamos como Meli Newen al interior de la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios.


- Háblanos de la Coordinadora Meli Newen.


- La Meli Newen es una instancia que coordina diversas agrupaciones estudiantiles mapuches secundarias en la región. Somos la única organización estudiantil indígena que participa hoy de la Asamblea Nacional de Secundarios. Nace después del movimiento estudiantil del 2006, donde también yo fui vocero regional. Nos organizamos porque veiamos que no estabamos incluidos por ningún lado y eramos mayoría en gran parte de los liceos de Temuko y de la región. No estábamos considerados, nadie en el movimiento secundario hablaba de educación intercultural, de las becas, de la necesidad de hogares, de nada. Esa fue nuestra bandera de lucha, poner estos temas en discusión.


- ¿Cuándo se reunieron por primera vez?


Nos juntamos el 1 y 2 de septiembre del año 2006, en el Primer Congreso Regional de Estudiantes Secundarios Mapuches que se hizo en el internado del Pablo Neruda. Allí sacamos varias resoluciones, como el derecho a una educación intercultural, la derogación de la LOCE, el aumento de las becas indígenas, incluso la derogación del decreto ley 701 que fomenta las plantaciones forestales, es decir, vinculamos nuestra lucha estudiantil con aquello que nos afectaba como mapuches en el campo. También hablábamos de las demandas de tierras, de los presos políticos, de todo eso. El 2007 nosotros socializamos esta propuesta y la consolidamos en las tres Asambleas Nacionales de secundarios que se hicieron en Mejillones, Valparaiso y Temuko. Allí las expusimos y hoy podemos decir que nuestras demandas son también banderas de lucha de los secundarios en todo el país. La Meli Newen es reconocida como una organización estudiantil con peso dentro de la Asamblea Nacional. Yo mismo he sido vocero nacional en varias oportunidades.






- ¿Quiénes integran la Meli Newen?


La integran grupos estudiantiles mapuches de toda la región. Nosotros empezamos trabajando con 25 comunas, que son las que llegaron a nuestro primer Congreso Regional el 2006. En un mes más haremos un tercer Congreso y esperamos convocar a más comunas para seguir fortaleciendo este trabajo.


- ¿Ustedes tienen algún grado de coordinación con el movimiento mapuche?


Poco a decir verdad. A veces nos hemos coordinado con los hogares mapuches, pero ha sido en contadas ocasiones, siempre hemos estado más bien trabajando solos. Resulta que cuando nos organizamos y estabamos preparando el primer Congreso, fuimos a pedir apoyo a varios dirigentes que son conocidos en el movimiento mapuche y no nos pescó nadie, incluso se rieron de nosotros. "A ustedes no los conoce nadie", nos decían, mirándonos en menos. Yo creo que no confiaron en que podiamos convocar a los estudiantes. Para nosotros fue penca, porque andabamos con todas las ganas y nos miraban en menos. Nosotros les decíamos que queriamos hacer este Congreso y reunir unos 200 estudiantes de la región. No pasó nada. Al final nos conseguimos un poco de plata en el Programa Orígenes y organizamos el Congreso con poca difusión y casi nada de apoyo. ¡ Y llegaron estudiantes de toda la región!... algunos vieron el aviso en el diario y por sus propios medios llegaron a Temuko, vinieron de Lonquimay, de Pitrufquén, de Purén, incluso del Alto Bio Bio... fue un éxito para nosotros. El año pasado hicimos el segundo Congreso Regional en Cajón y llegaron estudiantes de 18 comunas.


- ¿Qué opinas de esa subvaloración que se hace a nivel mapuche del movimiento estudiantil?


Penca. A mi incluso algunos peñi me han discriminado por mi aspecto físico, porque soy medio blanco, crespo y algunos dicen que no parezco mapuche. Eso es absurdo, yo creo que ser o no ser mapuche no pasa por el aspecto físico. Nosotros estamos por una cosa de pueblo, y si decimos eso, estamos hablando de algo político, de algo social. Yo creo que el aspecto físico no tiene nada que ver con este tema. También nos han discriminado a veces porque hay muchos estudiantes mapuches que son urbanos en la organización. Y es ridículo que hagan eso, porque hoy la mayoría de los estudiantes secundarios mapuches son urbanos, provienen de las ciudades, de las zonas más marginales la mayoria porque sus padres debieron irse del campo escapando de la probreza.


A mi este es un tema que me molesta mucho porque uno encuentra que es estúpido que te anden evaluando cuánto tienes de mapuche o cuánto de winka. Nosotros tenemos clarito lo que somos y también hacia donde apuntamos como movimiento secundario. Incluso aceptamos que participen estudiantes chilenos en nuestra organización, no les tenemos miedo ni los miramos como enemigos, porque es impresentable que estemos hablando de interculturalidad, de educación intercultural comoun derecho y que a su vez seamos racistas con ellos. En la Meli Newen participan estudiantes no mapuches y todos están comprometidos con nuestras demandas. Por eso tenemos fuerza y por eso movilizamos gente. Cuatro veces nos reunimos con la ex Ministra de Educación, Yasna Provoste, para plantear nuestros temas. Eso habla de que somos capaces.


- No puedo dejar de preguntarles por Música Sepúlveda y su bautizo a la actual Ministra de Educación.


Nosotros apoyamos a Música absolutamente. Todas las Asambleas Regionales, de Arica a Punta Arenas, apoyaron su acción porque la Ministra de Educación no conversa. Ella dice lo que hay que hacer, ordena lo que hay que hacer según su punto de vista, pero no dialoga, no escucha a nadie. Esos diálogos participativos por la educación pública eran una farsa, un monólogo, un montaje, para dar una señal de participación, pero resulta que la LGE ya está cortada y el gobierno ha planteado que la va a aprobar en el Congreso. Nosotros fuimos aquí en Temuko a boicotear esos diálogos porque dijimos que los secundarios de la región no eramos actores ni actrices de ninguna obra de teatro. Asi lo dijimos y así salió en los diarios.


- El gobierno habla de un hecho grave y la ministra dijo sentirse violentada...


Lo que le pasó a la ministra fue un bochorno, pero no un acto de violencia. Que te golpeen, que te tiren gases, que te arrestren de las mechas, que te peguen patadas, te desnuden en una Comisaria, eso es violencia. Se nos trata como delincuentes por luchar por educación pública, es casi absurdo si pensamos que ellos mismos, los que están en el gobierno, pelearon por la democracia supuestamente en tiempos de Pinochet. Aquí hay un intento del gobierno de satanizar a los estudiantes secundarios.


- José, ¿cuál es tu origen territorial?


Yo soy de la comunidad El Lingue de Purén, kilómetro 10 entre Lumako y Purén. Estudie mi enseñanza básica en Purén, en una escuela municipal de la Población El Esfuerzo. Después me vine a estudiar a Temuko en primero medio. Mi padre es obrero forestal y con el sudor de su frente a podido darme educación a mi y a mis hermanos.


- En el Liceo Pablo Neruda, ¿cuántos estudiantes mapuches son?


Somos 2.400 alumnos en total. De ese total, hay un 50% de estudiantes de origen mapuche. En el grupo mapuche del Liceo, el Weche Newen, participan cerca de 200 estudiantes, a veces más incluso. Weche Newen es el grupo mapuche del Pablo Neruda. Otro grupo es del Internado del Liceo, se llama Newen Weche Keche, ambos grupos forman parte de la Coordinadora Meli Newen, de la cual fui elegido werkén junto al peñi Héctor Colicoy del Liceo de Freire. Somos dos los voceros de la Meli Newen.


- ¿Cómo vislumbras el escenario de lucha para ustedes?


Yo creo que se viene duro. Creo que el movimiento secundario no va a morir, esto no va a parar porque nosotros podremos salir, irnos a la universidad, pero los chicos van a seguir, porque los liceos se han transformado en una escuela de lucha. Uno ve chicos de 1º medio, de 2º medio en las marchas, opinando, participando, dirigiendo y eso es potente. Creo que tenemos movimiento secundario para rato. Además, en la universidad uno tiene que seguir participando. Acá en Temuko no pasa mucho con los universitarios en general, en la Universidad de La Frontera ni siquiera existe federación, pero a nivel mapuche creo que se pueden hacer hartas cosas. Pero aun nos queda un año en el liceo y seguiremos trabajando duro. Este año como el movimiento secundario ha estado más activo esperamos convocar más comunas a nuestro Congreso Regional. Esa es nuestra meta /

martes, 29 de julio de 2008

Después del conflicto: Otras entidades, otras demandas


Dario Arnada, Pagina 12


BUENOS AIRES / En los últimos cuatro meses, donde cuatro entidades patronales del sector se autoproclamaron “el campo”, dos actores centrales fueron sistemáticamente omitidos. Se trata de 280 mil familias numerosas de pueblos originarios y 220 mil familias campesinas, una población estimada en tres millones de personas. No producen soja ni suscriben a los agronegocios. Siembran alimentos, crían animales para autoconsumo y tienen una relación especial con la tierra porque no la consideran un medio para negocios: se entienden como parte de ella, de su cultura, su historia y un bien común de las próximas generaciones. Pueblos indígenas y campesinado fueron pioneros en denunciar la sojización y el corrimiento de la frontera agropecuaria hace una década, pero ningún gobierno tomó nota.


En la actualidad advierten el saqueo y la contaminación minera, ponen el cuerpo a las topadoras, rechazan las represas que inundan tierras ancestrales, enfrentan a empresarios que pretenden sus campos y padecen el envenenamiento de los agrotóxicos. Lejos de la alta rentabilidad de los agronegocios, recorrida por las organizaciones de base del campo argentino, un sector heterogéneo, diverso y atomizado, pero con ricas historias de trabajos, resistencias y luchas.


Raíces de organización


A fines de la década del cuarenta, la Acción Católica creó en Salta, Mendoza y Buenos Aires un espacio de jóvenes para evangelizar los ámbitos rurales. Fue el germen de lo que en 1958 sería el Movimiento Rural de la Acción Católica. Conducido por técnicos y universitarios, tuvo un trabajo netamente asistencialista. Pero el papado de Juan XXIII, el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín, donde termina de tomar forma la teología de la liberación, transformaron al Movimiento Rural en un espacio de promoción y reivindicaciones. A mediados de los ’60, con presencia en diez provincias y 300 grupos organizados, la conducción fue asumida por campesinos. Con la influencia del contexto latinoamericano, cambiaron los ejes de trabajo: la lucha por la tierra, la explotación del trabajador rural, las causas de la pobreza y la necesidad de un cambio profundo.


El Movimiento Rural se hizo fuerte en Cuyo, el NOA y el NEA. En Chaco, y a raíz de un conflicto con el precio del algodón, se realizó un gran congreso campesino en Sáenz Peña, segunda ciudad de importancia y motor agrícola de la región. Era el 14 de noviembre de 1970, cuando nacieron las Ligas Agrarias Chaqueñas, un novedoso espacio que acción y representación propio de los campesinos. A pesar de las trabas que imponía la Federación Agraria, que observaba cómo se gestaban organizaciones que de verdad luchaban por los intereses campesinos, en los primeros años de esa década se conformaron las Ligas Agrarias de Corrientes y de Formosa, y se gestó el Movimiento Agrario de Misiones (MAM).


“En Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca y Mendoza se desarrollaron los sindicatos de obreros rurales, cooperativas de trabajo y una intensa lucha por la reforma agraria. Se sucedían asambleas y movilizaciones con hasta 5000 compañeros campesinos, de sindicatos rurales y mineros, apoyados por los barrios marginales. Se formaron dirigentes rurales mediante la educación popular, logrando extender la organización por toda la región”, explica Rafael Sifré, colaborador del obispo Enrique Angelelli, referente del Movimiento Rural Católico e histórico militante campesino. Todo el proceso de organización y luchas comenzó a ser reprimido con el tercer gobierno de Perón, con intimidaciones, persecuciones, secuestros y desapariciones, que tuvo su continuidad con la dictadura militar. Los referentes de las Ligas, el MAM, cooperativas y sindicatos rurales fueron perseguidos, torturados y asesinados. Y las organizaciones totalmente desarticuladas.


Nuevas luchas


Santiago del Estero encabeza la lista de desmonte: 515 mil hectáreas en los últimos cuatro años, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente. Provincia sinónimo de quebrachales, montes y familias dedicadas a la pequeña producción agropecuaria, fue de las primeras en conocer, de la mano de la soja, el término técnico “avance de la frontera agropecuaria”. Los campos comenzaron a ser reclamados, con escrituras de dudosa procedencia, por empresarios y el nuevo modelo de “desarrollo” comenzó a desalojar, a fuerza de topadoras y armas, a habitantes ancestrales. Al mismo tiempo, comenzó la organización: iglesias, ONG y comunidades de base, que ya articulaban espacios, oficializaron el 4 de agosto de 1990 el nacimiento formal del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase).


“El Mocase nace de raíces cristianas, anarquistas, indígenas y criollas. Recoge sentimientos, la historia y memoria que queda latente en el corazón de los campesinos, la dignidad, sentimiento de libertad, de la necesidad de vincularse con otros y de no permitir que unos dominen a otros. También estuvieron presentes rastros guardados en viejos y viejas del monte, el mestizaje, pueblos de mucha lucha y resistencia”, explica Angel Strapazzón, uno de los históricos referentes. La creación del Mocase fue un quiebre en la situación rural santiagueña. Diez mil familias organizadas comenzaron a frenar topadoras, enfrentar guardias privados y se transformaron en un actor social que desafió a los empresarios, al poder judicial y político. Y se erigieron como una referencia para organizaciones de otras provincias. En 2001 sufrió una división, originada por diferencias en cómo se tomaban las decisiones.


Un sector –ligado al Programa Social Agropecuario (PSA)– eligió presidente, secretario y una estructura vertical. Permaneció en alianza con el PSA y formó parte de la Federación Agraria. La central de Juríes estuvo luego cercana a la intervención provincial y formó parte de la Federación Tierra y Vivienda (FTV), de Luis D’Elía. En la actualidad, forma parte del Frente Nacional Campesino (FNC).


El otro sector optó por la horizontalidad y decisiones asamblearias. Tiempo después se incorporó a la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y la Vía Campesina, espacio internacional que nuclea a campesinos e indígenas de 56 países. El Mocase-Vía Campesina está conformado por seis centrales y 9000 familias. Luego de la votación en el Congreso, fueron llanos: “Las familias de campo sufren cada día más intentos de desalojos, detenciones y criminalización. Con o sin retenciones, la represión seguirá, las fumigaciones que nos envenenan estarán a la orden del día y seguiremos en la lucha, porque no hay ninguna intención de desarmar el modelo de agronegocios, ni distribución de tierras ni cuestionamientos al actual uso de la tierra. La discusión es entre empresarios del campo y politiqueros de doble discurso”.


Estancieros, petroleras y mineras


La Patagonia continúa siendo espacio de organización y resistencia del pueblo Mapuche-Tehuelche. Alejados de la problemática sojera, enfrentan un centenar de conflictos territoriales y las contrapartes son diversas, el Estado (nacional, provincial y municipal), estancieros, empresarios turísticos, compañías de hidrocarburos y mineras. Existe una gran diversidad de organizaciones y comunidades, y la representatividad de cada actor es muy subjetiva, pero en cada provincia hay comunidades reconocidas por estar al frente de los conflictos.


En el oeste de Chubut, la organización Mapuche-Tehuelche 11 de Octubre es referente. Mauro Millán, vocero de la comunidad, no duda. “Se trata de un conflicto por dinero y poder, ni siquiera hay una discusión ideológica, todos ellos entienden la tierra como una mercancía, y pelean por ver quién se queda con la mayor parte. Las cuatro entidades son totalmente opuestas a nuestra ideología, con un trasfondo histórico que aún no está saldado, donde hubo usurpación y desaparición de una gran parte de nuestro pueblo. No nos olvidamos de ese crimen”, remarca Millán, que también arremete a la otra parte del entredicho: “El Gobierno no tiene una política real para cambiar la realidad de los más necesitados, y mucho menos para los pueblos indígenas”.


En Neuquén, la concentración de tierras se acentúa y genera choques con comunidades mapuches y campesinos frente a empresarios o grandes propietarios. Como muestra un estudio de la Mesa Campesina del Norte Neuquino, se detalla que el diez por ciento de las explotaciones agropecuarias más grandes de la provincia concentran el 92 por ciento de las tierras productivas, mientras que el 60 por ciento de los productores más pequeños representan sólo el 0,6 por ciento de la superficie provincial.


En Río Negro, el Consejo Asesor Indígena (CAI) reconoce ser un mero espectador de un entredicho donde los pueblos originarios debieran estar presentes. Chacho Liempe, del CAI, recuerda que gran cantidad de familias que hoy ocupan pequeñas fracciones de campo en las mesetas y estepa de Río Negro, Neuquén y Chubut habitaron el sur de Córdoba, La Pampa y Buenos Aires, “fueron masacradas en las mismas tierras que hoy son utilizadas para el monocultivo de soja. El territorio que fue espacio de la vida de nuestro pueblo es el escenario actual de la rapiña del ‘campo’”.


Tierra y agua para pocos


Mendoza es bien conocida por sus vinos y sus atractivos turísticos. No es tan difundida su realidad indígena y campesina: el 60 por ciento de la población rural está por debajo de la línea de pobreza, el 22,6 por ciento es indigente y el 66 por ciento de los trabajos son precarios. Todo según el relevamiento oficial “Condiciones de vida de los hogares rurales”, de la Dirección de Estudios e Investigaciones Económicas (DEIE). Aunque no se siembra soja, desde los últimos años también se sumó a las provincias donde empresarios impulsan desalojos de comunidades con derechos ancestrales. Con casi 5000 familias con posesión veinteañal, según un relevamiento de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST), existen conflictos en el norte de la provincia y se multiplican los desalojos en el sur.


“El actual tipo de cambio, el ‘boom de la soja’ y las forestales desplazaron a la ganadería desde el Litoral y La Pampa hacia esta provincia. Las empresas, donde también están las mineras, intentan por todos los medios apropiarse de tierras y agua, comprando, fraguando títulos, usurpando, y prometiendo un progreso que son mentiras”, explican los Sin Tierra de Mendoza.


En el informe “Una tierra para todos”, de la Conferencia Episcopal Argentina de 2006, se remarca que Mendoza es la principal provincia en concentración de tierras: el diez por ciento de las explotaciones agropecuarias monopoliza el 96 por ciento de la tierra provincial. A esto se suma que, según el Censo Nacional Agropecuario de 2002, el 50 por ciento de las propiedades con “derecho a riego” están abandonadas o improductivas. Sólo el tres por ciento de la tierra mendocina cuenta con “derecho de riego” –agua en cantidad suficiente para desarrollar la agricultura–, legislada por una ley provincial de 1884, cuando se determinó qué zonas tendrían agua: fueron beneficiadas las pertenecientes a los grandes propietarios de la época. En 124 años, esa norma, y esa zona de riego, no fueron modificadas. Es considera, por las organizaciones rurales, la ley de agua más retrógrada del país.


Pueblos originarios y campesinado


A mediados de los ’90, una veintena de instituciones comenzaron a articular en la Mesa de Productores Familiares. Diez años de trabajo conjunto, discusiones, consensos, divisiones y acuerdos llevaron a la conformación del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), integrado por quince mil familias de siete provincias. “Reforma agraria integral y soberanía alimentaria, que es la posibilidad de que el país tenga su propio proyecto alimentario y no que las multinacionales impongan qué se debe producir”, explican como principios del Movimiento, integrantes de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y la Vía Campesina.


“Las llamadas ‘entidades del campo’ sólo pronuncian los dictados de los agronegocios. Su símbolo actual es la soja transgénica, que ha devastado bosques, desalojado comunidades, contaminado suelos y aumentado los precios de los alimentos en el mercado interno. El avance del modelo sojero, iniciado durante el menemismo y acentuado en esta década, significa un desierto verde y contaminado, sin agricultores y ciudades saturadas de familias expulsadas de las zonas rurales”, remarcaron desde el MNCI, y afirman que el principal problema, no debatido en el Congreso, es el modelo agropecuario.


El 17 de abril último, se conformó el Frente Nacional Campesino (FNC), conformado por el Mocase-Juríes y los movimientos agrarios de Misiones (MAM), Formosa (Mocafor) y Jujuy (Mocaju). Apoyaron las retenciones y fueron recibidos en Casa de Gobierno por Alberto Fernández. También hablan de reforma agraria y soberanía alimentaria, explicitan su intención de contar con representantes en la nueva (y aún acéfala) Subsecretaría de Agricultura Familiar. Enrique Peczak, referente histórico del MAM, ya fue nombrado presidente del Consejo del Centro de Investigación para la Pequeña Agricultura Familiar (Cipaf), del INTA.


El 24 de junio, en Rosario, confluyeron el Movimiento Nacional Campesino Indígena, el Frente Nacional Campesino y otro medio centenar de organizaciones. Conformaron la Mesa Coordinadora Nacional, un espacio de articulación amplio y diverso, para luchar por los derechos de los productores familiares y los pueblos originarios. Cuestionaron a las cuatro entidades tradicionales, exigieron participación en las políticas del sector, suspensión inmediata de desalojos y democratización de los recursos naturales. La flamante Mesa Coordinadora, compleja, aún endeble y heterogénea, pretende ser un real espacio de articulación de un sector numeroso, base de la pirámide rural, castigado por las entidades cuatro entidades tradicionales y olvidado por el Gobierno /

lunes, 28 de julio de 2008

Nación Mapuche


Por. Silvana IOVANNA


La “Campaña del Desierto” organizada en Argentina por el Gral. Roca hace 130 años atrás, intentó hacer desaparecer a los ancestrales dueños de la zona sur de la Cordillera de los Andes: el pueblo-nación mapuche, quienes aún hoy ofrecen resistencia y trabajan constantemente en la recuperación de su territorio y pleno ejercicio de sus derechos. Fausta Quattrini, directora de la película documental La Nación Mapuche, y su equipo, en coordinación con la Confederación Mapuche de Neuquén, llevó a la pantalla grande la lucha viva de esta nación.


Con la sala llena y un público de diversos sectores el pasado 15 de julio se presentó el filme en el Salón Auditorio Colegio Público de Abogados de Capital Federal. El cuidadoso trabajo de Fausta Quattrini y sus compañeros fue mostrando cómo las comunidades mapuche de Neuquén han ido tomando la iniciativa en diferentes conflictos con el objetivo de resolver la devolución de su territorio, elemento constitutivo de su identidad. Las escenas de la película documental atraparon a los presentes, los mantuvieron en tensión exponiendo momentos de confrontación entre autoridades provinciales y representantes de las comunidades; aunque también hubo lugar distensión y risas en situaciones como en las que “hombres civilizados” del Ejército pedían establecer charlas “como hombres civilizados” con los mapuce. Sí, estamos en el siglo XXI, y esto sigue sucediendo, increíble pero cierto.


La película cuenta el caso de Pulmarí, Departamento Aluminé, sitio/territorio apropiado por el Estado Argentino que lo destinó a la explotación de los recursos naturales por parte de empresas extranjeras, puso varios campos a disposición del Ejército Argentino y concesionó otros tantos por la suma de 20 mil pesos a Domenico Panciotto, un empresario italiano. Cansados de emitir reiterados comunicados a la Provincia y a la Nación exigiendo la devolución de dicho territorio, las comunidades despojadas decidieron en julio de 2006 hacer efectivos los Derechos de los Pueblos Indígenas y recuperaron su territorio derribando alambrados y reubicando sus familias y animales.

Las cámaras de Fausta y su equipo no se apagaron casi en ningún momento por lo que pudieron registrar amaneceres, atardeceres, paisajes únicos que Los Andes regalan, así como también choques entre autoridades, detalles organizativos, declaraciones, gestos, miradas, sentimientos. Un documental que dura casi 90 minutos y que logra sembrar en el espectador preguntas puntuales: “¿qué lazos unen a las personas que sienten pertenecer a un mismo Pueblo, a una Nación? ¿Cómo buscar su propia autonomía? ¿Cómo hacer valer el derecho ancestral a la tierra?”.


En un breve encuentro con el periódico Fausta Quattrini comentó su experiencia y qué los llevó a realizar el documental, “Estábamos en la ciudad Neuquén, realizando la película –Fasinpat- (Fabrica Sin Patrón), alias ex fabrica Zanon, del director Daniele Incalcaterra, que es también el productor de -La Nación Mapuche-. Por una serie de “casualidades” fuimos a la Ruka (casa) de la Confederación Mapuche neuquina. Allí pudimos darnos cuenta del trabajo basado en una reflexión muy profunda que están haciendo los werken (portavoces) de la Confederación. Ahí pude escuchar aquellas palabras con “peso especifico” que se proyectan, salen del silencio y de la invisibilidad, palabras portadoras de valores antiguos tan necesarios hoy y que han sido olvidados, o mejor dicho, callados con la violencia”. Fausta agregó que la experiencia de trabajar con comunidades originarias “podría aparecer paradojal porque además de percibir una dimensión humana muy profunda, el hecho de participar de una importante ceremonia como el Wiñoy Xipantu (año nuevo), me hizo conciente de estar caminando entre la Tierra y el Cielo”.


Debate en pocas líneas


Al terminar la proyección, se invitaron diferentes autoridades que apoyaron la producción y difusión de la película documental para intercambiar ideas y opiniones sobre Derechosdígenas con los presentes. Aquí las declaraciones más destacadas de los panelistas.


Verónica Huilipan (Portavoz de la Confederación Mapuche de Neuquén):


“Defender el territorio es defender nada más ni nada menos que defender nuestra vida, nuestra cultura, proyección de nuestro pueblo. Para nosotros, como pueblos originarios, el desarrollo tiene elementos sustanciales que no pueden estar ajenos a la hora de pensar en un nuevo modelo. El desarrollo para el pueblo mapuche tiene que estar basado fundamentalmente en el reconocimiento de nuestra identidad, en el reconocimiento a nuestro derecho territorial y el reconocimiento a nuestro derecho a la autonomía. Sin estos tres derechos fundamentales no hay posibilidad de poder desarrollarnos con plena dignidad, desde nuestro ser mapuche”.


“Y uno de los puntos clave en esto es la interculturalidad. La interculturalidad tiene que ser un Derecho de todos y no solamente de los pueblos indígenas. Nosotros, los pueblos indígenas, nos hemos tenido que hacer interculturales a la fuerza mediante la imposición de la colonización y el sometimiento. Aún así nosotros resignificamos el concepto de interculturalidad y lo ofrecemos como una posibilidad para una nueva construcción social. La interculturalidad es la nueva posibilidad de participación política que tenemos que tener para construir una nueva forma de relacionarnos entre nosotros en este país que hoy se denomina Argentina”.


“Si bien todos los pueblos indígenas en Argentina tenemos como herramientas el Artículo 75 inc. 17 de la Constitución Nacional, reforma de 1994 y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, y la nación mapuche también cuenta con el Artículo 53 de la Constitución de la Provincia de Neuquén, esto funciona como una pantalla internacional de que Argentina respeta los derechos humanos. Ahora, necesitamos que esto pase a la realidad”.


Eric Mayoraz (Consejero de la Embajada de Suiza en Buenos Aires):


“En Suiza en donde tenemos cuatro naciones conviviendo. Y para conseguir años de convivencia se necesitan hacer algunas concesiones, establecer diálogo fundamentalmente. Creo que es el mejor consejo que mi país puede dar. Conviene muchas veces hacer un esfuerzo histórico, hacer una reflexión interna sobre el pasado”.


Dr. Juan Manuel Salgado (Abogado de la Confederación Mapuche de Neuquén):


“Trabajar con el pueblo mapuche me ha hecho pensar el derecho de un modo diferente. Nosotros en la Facultad de Derecho hemos sido educados dentro de la idea de que no hay otro derecho sino es el Derecho de Estado. Lo que demuestran los pueblos indígenas, pueblos que se organizan sin aparato coercitivo ni uso del uso del monopólico ni de la fuerza, es que eso no es así, que ese fundamento es falso. Esto demuestra que el Estado no es la garantía absoluta de sociabilidad y debe reconocer que hoy el Derecho tiene límites para la autonomía colectiva”.


Dr. E. Raúl Zaffaroni (Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación):


“Todos hemos sido víctimas de un proceso que nos ha colonizado la cabeza y es difícil revertirlo, pero es importante que hoy los pueblos originarios nos llamen a hacerlo y nos ayuden a hacerlo también con nuestro Derecho. La crisis de nuestro sistema nos está demostrando que tenemos que volver a formas de solucionar conflictos de manera comunitaria. Por ejemplo, se viene trabajando en materia de Derecho Ecológico. La persecución de los pueblos indígenas hoy no es a través de un genocidio armado sino a través de un sistema de producción que destruye su hábitat y medio ambiente. Y es el mismo sistema de producción que destruye el medioambiente de todos”. “Creo que hay que salir de invisibilidad, lo que significa que hay que fortalecer la lucha de nuestros pueblos originarios y fortalecer la búsqueda del camino para sus reivindicaciones”

domingo, 27 de julio de 2008

La última prisión del Lonko Inakayal


LA PLATA / Desde su apertura al público, el 19 de noviembre de 1888, el Museo La Plata de Argentina es considerado entre los mas importantes del mundo, tanto por sus numerosas colecciones antropológicas, como por la envergadura de su construcción vanguardista, inspirada en el neoclásico europeo del siglo XIX, que “da al visitante una impresión imponente provocando sensación de solidez monumental”, como reza la publicidad al visitar su sitio web.


Sin embargo, esta institución científico-académica esconde al interior de sus catacumbas una historia poco conocida y que por estos días revive un fuerte debate iniciado la década pasada entre estudiantes, académicos, autoridades y organizaciones indígenas. Nos referimos al destino que tendrán los miles de restos humanos, pertenecientes a miembros de pueblos originarios, entre ellos el pueblo mapuche, y que se encuentran en dicha institución desde hace al menos un siglo.


La discusión sobre la restitución, no exhibición de momias y restos humanos se reinició nuevamente este año en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), a raíz de la aparición en los depósitos del museo de la cabellera y el cerebro conservado en formol pertenecientes al lonko Mapuche-Tehuelche, Inakayal, cuyos restos fueran restituidos incompletamente a organizaciones mapuches de Chubut el año 1994 por medio de la Ley Nacional Nº 23.940.


Dicha legislación fue promulgada por la Cámara de Diputados de la Nación el año 1991, en respuesta a los persistentes reclamos de la comunidad de Teka, lugar de origen del reconocido lonko, apoyados en su demanda por un pequeño sector de los estudiantes y académicos de dicha casa de estudios superiores. La demanda por la restitución de los restos del lonko había sido presentada en el mes de noviembre de 1988, al cumplirse 100 años de su muerte, por el Centro Mapuche Tehuelche de Chubut.


Por estos días, la historia se repite y tanto los mapuches organizados en La Plata como los propios estudiantes y un sector minoritario de docentes y científicos, ponen en entredicho la concepción con que la institución fue creada a fines del siglo XIX por la famosa generación de los 80’ de la historia Argentina y que gustaba exhibir sin pudor los restos de los antiguos líderes mapuches, como si fueran simples objetos o cosas.


El caso reflota además una historia poco contada, la de los Mapuche-Tehuelche que fueron traídos a las instalaciones del museo como trofeos de guerra tras concluir la “Campaña del Desierto”, ello con supuestos “fines científicos”, como verdaderos “objetos de estudio”, llegando al extremo de ser exhibidos con vida y cuyos cuerpos, después de muertos, serían sometidos a prácticas de conservación a objeto de pasar a ser parte de sus hoy polémicas “atracciones turísticas”. El caso del lonko Inakayal es paradigmático. Según la historia, este reconocido líder mapuche fue tomado prisionero junto a su comunidad por los soldados del general Julio Argentino Roca en el marco de la “Campaña del Desierto”, quienes los trasladaron posteriormente a la cárcel de la Isla García donde permaneció varios años.


Luego de iniciada la construcción del Museo La Plata, el tristemente célebre Francisco Moreno trasladó un número no identificado de mapuches a esta institución, donde fueron esclavizados hasta el final de sus días. Entre ellos al lonko Inakayal, junto a su familia y otros célebres prisioneros mapuches.


“Yo cacique en mi tierra, huincas robar mi tierra, matar mi gente y robar mis caballos”, dicen que repetía Inakayal por los pasillos del museo, condenado a limpiar y cuidar hasta los restos de sus propios antepasados. Ello hasta el día de su propia muerte. Además de Inakayal, se cuentan las muertes de su esposa -que aún no ha podido ser identificada- y la hija del Lonko Foyel, nombrada como Margarita, entre las cincos personas que perecieron al interior de dicha institución científica. Al momento de sus muertes, todas estas personas corrieron la misma suerte; sus cuerpos fueron disecados y conservados, especialmente sus cerebros, cueros cabelludos y la mascara de la cara.


En un informe realizado por los estudiantes Fernando Pepe y Nicolás Tegiacchi, ambos integrantes del equipo investigador que busca dar con las identidades de los restos y que en estos días buscan reconstruir y dar nombre a la mujer de Inakayal, se consigna que solo se han identificado 25 restos hasta la fecha, de un total de 10 mil que se encuentran al interior de los depósitos, trabajo basado en el catálogo de la sección antropológica de Museo La Plata del año 1911 de los autores Lehmann, Nitsche y Robert.



Un debate abierto



Envuelto en un dilema que le platea el siglo XXI, la comunidad científica platense se debate entre ¿qué hacer con los restos humanos en exposición?, ¿cómo enfrentar las decisiones que se tomaron en nombre de la ciencia en otros tiempos y que hoy parecen éticamente incorrectas o aberrantes? y ¿cómo “generar conciencia y no doctrina”, a través de los objetos y cuerpos que se exponen? El pasado viernes 31 de agosto, en una resolución histórica para los estudiantes, la Facultad de Ciencia Naturales y Museo a través de una sesión académica resolvió quitar de exhibición todos los restos humanos e impulsar una política de restitución de los cuerpos que sean demandados por su comunidad de origen.


Sin embargo, esta resolución aun no ha sido aprobada por el Consejo Superior de la UNLP, instancia que deberá hacerlo en los próximos meses. En relación a esta medida, Ariel Herrera, representante estudiantil del Consejo Académico como Consejero Departamental de la Carrera de Antropología, es cauteloso. Sostiene Herrera que “el trabajo que nos queda es presionar para que esta resolución se cumpla. Recordemos que el mismo argumento que daban los investigadores en 1994 para oponerse a la restitución de los restos de Inakayal sigue vigente aun, que es la preocupación de estos investigadores por el vaciamiento que se estaría produciendo en el museo”. En este sentido, “estos supuestos científicos muestran esa preocupación contrariamente al respeto de los derechos de los pueblos originarios”, señala.


No es el único que piensa de esa manera. “Consideramos necesario realizar una historia crítica de la génesis del desarrollo político-científica del museo,(…) Solo así podremos interpretar y avanzar hacia una construcción y reflexión sobre los hechos históricos ocurrido en la conformación de este museo, tales como las expediciones de cacerías realizadas en nombre de la ciencia a indígenas esclavizados en esta prisión científica”, sostiene a través de un documento el Claustro Estudiantil en su posicionamiento político con relación al debate que se lleva adelante en Ciencias Naturales.


En tanto Héctor Pucciarelli, jefe de la División Antropología Biológica del museo, aunque cree que la exhibición no constituye una falta de respeto, sostiene que “deben restituirse los restos en aquellos casos donde se compruebe realmente que quienes reclaman son descendientes”. Por otra parte, Eugenio Aragón, geólogo Profesor titular de la carrera de Geología, recalca que “las exposiciones son con un fin científico y académico”. Además, a su juicio, estos restos serían “los últimos testimonios de razas extinguidas”. Así lo señaló el docente durante su intervención en la última sesión académica.


Por su parte la directora del Museo Etnográfico de Buenos Aires, Miryam Noemí Tarrago, invitada a la jornada “Las Colecciones Antropológicas en el Siglo XXI”, realizada en el Museo La Plata, señaló que “hay muchos factores que indican que hoy no es conveniente la exposición de restos humanos”. La investigadora agregó además a la controversia un protagonista nuevo. "El público que asiste a los museos, la gente del lugar que tiene un sentido de pertenencia y se niega a que ese patrimonio le sea quitado”, sostuvo, sin aclarar finalmente su posición respecto al tema.


La tibia participación a este debate de los propios pueblos originarios, principalmente al mapuche, preocupa tanto a los estudiantes como a los pocos científicos con sentido ético relacionado a lo tan sagrado para cualquier cultura como son los restos de sus antepasados y líderes históricos. En un comunicado de la comunidad Mapuche-Tehuelche Callvu-Shotel, agrupada en esta ciudad y difundida en Indymedia, se sostiene que “una vez mas somos testigos de la falta de respeto hacia la memoria y la esencia de nuestros antepasados, de parte de un organismo en nombre de la cultura y la ciencia”. Ante esta situación, “exigimos que el museo de La Plata restituya a las comunidades o regiones a las cuales pertenezcan los restos y el 50% de todo el usufructo obtenido desde el comienzo de las exhibiciones con restos perteneciente al pueblo Mapuche-Tehuelche”.


El legado del Perito Moreno


El Museo de La Plata tiene como antecedente inmediato el Museo Arqueológico y Antropológico fundado el 17 de octubre de 1877 en la ciudad de Buenos Aires, entonces capital de la provincia del mismo nombre. Este museo integraba colecciones donadas por Francisco Pascasio Moreno, designado Director Vitalicio del mismo. A partir de la federalización de la ciudad de Buenos Aires en 1880 y la fundación de la ciudad de La Plata como nueva capital de la provincia en 1882, el gobierno provincial dispuso el traslado de las colecciones de Moreno a esta ciudad en junio de 1884 y la construcción de un edificio que la albergara, cuya obra concluyó en el año 1889, si bien su apertura al público se realizó unos meses antes, el 19 de noviembre de 1888, en el sexto aniversario de la fundación de la ciudad.


En el año 1906, meses después de la nacionalización de la Universidad Nacional de La Plata, el museo pasa a formar parte de la misma, incorporándose actividades de docencia e investigación.Francisco Moreno nació en Buenos Aires el 31 de mayo de 1852, su pasión por la naturaleza y en particular por la Patagonia, constituyeron motivaciones fundamentales que marcaron su accionar. En 1883, a los 21 años, inició su primer viaje de exploración a la provincia del Río Negro en compañía del ejército del general Julio Argentino Roca un años ante de iniciar su anhelado sueño, “construir un museo para la grandeza de la naciente patria Argentina” como sostienen los textos de historia argentino.


Luego de la sanguinaria campaña del ejército en territorio mapuche, en 1896 fue nombrado oficialmente Perito Argentino para realizar labor de distribución de los territorios ocupados. Eran tiempos en que la República argentina y Chile se disputaban las tierras invadidas y personajes como Moreno se encargaban de “corregir” o “enmendar” controversias en los nuevos mapas.Al ingresar al Museo un enorme monumento a la grandeza de Moreno es lo primero que se puede ver, homenaje que se le realizara el año 2002 al cumplirse los 150 años del natalicio del Perito, además del libro que lleva como titulo "Perito Francisco Pascasio Moreno. Un héroe civil", escrito por Héctor Fasano.


Tal vez como en un intento de esconder la oscura historia del pasado de Moreno, los homenajes buscan mostrar una figura de “héroe” nacional ante las nuevas generaciones, pero se resume en este museo -como en muchos otros actos- la poca humanidad de la "gloriosa generación" de cultores de la República Argentina.


Un chiste de mal gusto resulta ver un imponente monumento al Perito, sabiendo que al interior de dicha institución más de 10 mil restos humanos se pudren en nombre de la ciencia. Más amarga se torna la historia al saber que los huesos de este prócer argentino descansan en la isla Centinela en el lago Nahuel Huapi, a 30 kilómetros de la ciudad de Bariloche, el mismo lugar que en vida Moreno les negó a cientos de mapuches, sus habitantes originarios.